Mito caído: Sawa no fue el primer japonés en el fútbol peruano
Koicho Kobayashi, según El Comercio. Kohishi, según La Crónica. Expreso se quedó en el apellido. Tres notas en tres distintos periódicos. Tres periodistas que posiblemente ya olvidaron haberlas escrito. Cristal 1 – ADT 1, campeonato de 1984: ¿quién se iría a acordar de este partido?
En realidad, nadie. Porque nadie se fija en los detalles mínimos, en el par de líneas perdidas de una nota de periódico que, a la larga, también pierden toda la historia. Porque si no fuera por una ojeada ocasional, no hubiéramos sabido que Cristal, por entonces, tuvo a un japonés en sus filas. Y no hablamos de Jorge Hirano (que aparece en la foto), nisei huaralino. Sino de alguien cuyo nombre era inubicable hasta hoy, tal como lo sigue siendo su fotografía: Koicho o Kohishi Kobayashi.
¿Fue el primer japonés del fútbol peruano? Confirmarlo sería caer en la ligereza de quienes aseguraron que Masakatsu Sawa era el pionero de la importación futbolística nipona en el país. Es un mero cálculo probabilístico y no exento de que algún papel perdido en años anteriores lo desmienta. ¿Qué tal si apareciera algún recorte de los 40’ relatando una pared entre Lolo y un jugador apellidado Sashimi, por decir un nombre al azar? Mejor no arriesgar sentencias.
Consultado sobre tan importante materia, José Chiarella Espíritu, entonces técnico bajopontino, no recordó bien si a Kobayashi lo trajo un dirigente o un jugador del equipo. Tampoco recordó por qué se fue. No recordó mucho, como puede verse, salvo que el tipo no hablaba castellano. Pero, al menos, corroboró su existencia.
Su única participación (no hemos podido registrar otra) fue en dicho partido ante ADT. Jugó de puntero. Formó dupla con Hirano. Fue sustituido en el segundo tiempo por Alan Incháustegui. Pocos elogios y nulo recuerdo. Según La Crónica, era un japonés que había llegado a Lima a estudiar “técnicas de fútbol” (sic). Ni idea de qué significa eso.
Lo que sí podemos descartar, de plano, es que Kobayashi haya sido en realidad Oliver Aton. Más indicios sobre la verdadera identidad del Sr. Aton ya las dio el blog Malasangre, que encontró parámetros irrefutables entre el 'Tiro del Águila' del protagonista de Supercampeones y un gol de tijerita que Masakatsu Sawa le hiciera a la ‘U’. Además, ¿qué mejor torneo que el peruano para destacar aún con piernas ortopédicas?
No por ello podemos, sin embargo, prescindir de la hipótesis de que Kobayashi sí haya sido un personaje de la afamada serie de dibujos animados, aunque fuera en un rol accesorio. Un diario de la época señaló que Kobayashi estaba desubicado en la cancha. Otro dijo que le faltaba movilidad. ¿No recuerdan, acaso, que en los partidos de Supercampeones, ante una 'huachita' o un penal mal pateado, los protagonistas se paralizaban y empezaban un prolongado recuento de vivencias, que tranquilamente duraban semanas de semanas? ¿Lo que algunos periodistas interpretaron en Kobayashi como poca pericia motriz no habrá sido en realidad un profundo estado de introspección? El periodismo peruano necesita empaparse de sabiduría oriental.
Recortes: Diario El Comercio